dejamos esta tierra, en exilio nuevamente,
la locura de perder el rumbo, intoxicados de nuestro miedo,
hacia la paz del origen del mal que nos pacificó para ser pieza de su estructura,
la ternura en los sueños, el sueño sepultado, de la libertad y la consciencia,
no queda nada en este tierra, que no haya sido derrotado, el grito vacío de la violencia avergonzada, en sus infinitas explicaciones,
nos quedan los sueños y la subconsciencia,
algo debe aflorar de este vacío que nazca en la incomprensión de lo que somos,
lo que era no fué, lo que debió ser fue abandonado,
nos abrimos al caos y de ahí que encontraremos,
el dolor que padece, hoy el mundo entero
que nos dice?
sábado, 13 de septiembre de 2014
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