jueves, 20 de septiembre de 2012

Passacaglia OP. 1

tal como esa obra de Webern, momentos de tormento, momentos de alegría, vaivenes y vaivenes que me marean, nunca hay un hogar, nunca un piso firme, como en la mar, cambia, todo cambia, y ya no me divierte este mareo, no puedo sanar el corazón de otro, no puedo asesinar sin razón por promesas, no puedo reemplazar un símbolo ausente, sólo soy uno más que va pasando, ¿cómo he de sanar tu dolor? tampoco quiero que me lleven en un carruaje all inclusive con manjares, que con las manos me basta ya, quédense sus piezas de oro, que yo sólo caí acá por casualidad,no me carguen con cadenas de gratitud y responsabilidad, no quiero ser tampoco parte de esta guerra sedienta de sangre que siempre vuelve a brotar en esta tierra, nunca se cansa de respirar su odiosidad, ese corazón atormentado por no tener hogar, cómo lo he yo de sanar, si no puedo, no me transformes en tu pasatiempo sólo por tener algo que te distraiga de ese dolor, que recién me estoy bajando de mi cuna de bebé predilecto, es un amor demasiado perfecto el que yo tengo, y no se vaya a manchar con sangre una vez más, sangre que nos une, sangre que se olvida en un cálido dolor, estamos acá nuevamente, pero yo no soy yo, yo hoy no soy nada, quizás no eran las palabras que esperabas, pero quizás ninguna palabra hubiese bastado para lograr abrir esa puerta sin tener la llave, más que ese violento empujón, que nos dejó una vez más vagando por las calles, yo siendo nada, tú queriendo ser todo, las cosas han cambiado, y siguen igual, una noche más, con cierto interés, nuevamente pude morir, el buen amigo, eso es importante, eso es algo