jueves, 7 de junio de 2007

lunes, 4 de junio de 2007

Visita al Doctor

Me trataban de convencer que la muerte no es algo tan serio. Yo por mi parte fingía total seriedad respecto al tema.
Mi sangre empezó a salir abundantemente por los tubos y las llaves de las puertas, y todo pareció desvanecerse. Mi mente se partió en dos, y mientras una parte seguía transmitiendo el día a día la otra fué directo al infierno, un torbellino de lava o sangre en que un millar de cuerpos humanos se dejaban caer hacia un fondo negro sin presentar resistencia.
Tengo certeza de que mi subconsciente vio la muerte, y que mi racionalidad también la vió aquella tarde en que todas las personas asemejaron muñecos de carne insuficientes pruebas para sí.
Estoy solo y he sido despojado tempranamente de mi molde, y sí alguien me robó eso a la vez me regaló el derecho de forjar el mundo a mi antojo.
Dos partes de mí han conocido el vacío, y aún faltan dos pruebas más.
Me despido de la visita y compartimos un momento de complicidad, del que vive en el límite, y del que está en ambas partes a la vez.

domingo, 3 de junio de 2007

La muerte es mi aliada

Disparé una vez al moribundo caballo y fué suficiente. No volveré atrás.
El puente quemante ya no me afecta, y si quiero vuelvo la mirada y nada me pasa.
El momento ha llegado en que tienes que decidir si cruzarás conmigo, y será lo que deba ser o seguirás allá lejos dejándome libre el camino incierto.
No hablaré ni de amor, ni destinos ni personas ni pesares, porque no se trata de nada de eso. Son decisiones simplemente, entonces quitémosle dramatismo a lo que es simplemente humano.

Aquí estoy yo, allá estás tú, posees tu arma y yo mi fortaleza, entonces no temas. La muerte siempre es mi aliada.